Translate

martes, 26 de septiembre de 2017

A lo pelón

Digo que platico con mi muerte y a su especie la conozco muy poco. Cierto, Ana se fue, celebro conmemoraciones para ella cada mes hace diecinueve años, y con eso bastaría para presumir una intima proximidad. 
Por alguna razón no es así y hoy, cuando acompañé en su agonía a Suertudo el gato, al fin las sombras quedaran instaladas alrededor. 
Realmente extraña el asunto, pues tras marchar mamá súbitamente, mi hermano segundo se despidió tambien y pocas cosas me han conmovido tanto como la sensación entonces de que no había nadie al frente y el viento daba de lleno.
Anoche escribí esto:
Soy el Idiota y eso no me excusa por vivir viejamente de prestado. Si otros tampoco tienen derecho a lo que disfrutan, hagan cuentas con quienes deben, como yo con mi tatarabuela Teresa o Belarmo o Woody, o Ana, cuya existencia negaré en adelante, pues un tan buen personaje no merece estar entre mis días.
Sobre la deuda que contrajeron conmigo y callan con celo, no diré palabra.
¿Hecha la declaración me tiro al Metro? Vivir es irrenunciable, y olvidarlo, pecado primero cuando millones mueren de hambre o a sangre fría o violentadas interiormente por su género o si lo pide Madre Tierra, violencia desatada, sin conciencia de los seres pequeños como nosotros.
Cada día hago mi mejor esfuerzo y no basta, desde luego. Llévame, patria prometida que al fin alcancé, pienso últimamente veinticuatro horas por día, y hace mucho repito: Estar y no ser haber sido donde se anduvo: el lugar lleno de ruido.
Gracias a Dios, Señor, por justificados motivos te imaginaron y no más. Así puedo discurrir mi propia religión, con decálogo y todo.
Soy muy duro en él conmigo. Esta noche, por ejemplo, cuando una enfermedad usual se llevó nuestro dinero, no pudo completarse el tratamiento y quien sabe cómo le irá a Suertudo, el gato niño. Si mañana sigue mal otra vez tendré que pedir prestado para que lo operen y morir me parecerá justo pago a mi ignorancia y al arrogante estilo con que desde siempre afronto la existencia. Yo, criador inmejorable, según creí haber demostrado.
-0-
Ya se sabe, nietos: Si soy un cronista que jamás fabula, toca a ustedes discurrir cómo cumplo el oficio ahora.
Traigo aquí las primeras parte de Cronicar y ¿Una novela? Empiezo con ésta:


Mi puerta exterior siempre está abierta, A entra. Trae una mochila, dejo de meter cosas en la que preparo.

-Lo hago yo –dice.

No entiendo nada.¿Si enloquecí al fin sin remedio por qué el teléfono suena con impaciencia registrando a Lupita? ¿Me atreví realmente a pedirle que buscara un trabajo para ayudarlos? ¿Y esas sirenas afuera?

-Estoy confundido, A.

-Perdona.

Sus ojos parlotean sin moverse. Pasaron cuarenta años desde aquella primera vez. Teníamos quince y yo hoy casi setenta. Las cuentas no cuadran en absoluto. Debería pedirme contestar la llamada y ni palabra soltará, sé, pues llegó "nuestro tiempo".

¿Y esa canción ahora? Cierto, pertenece a mi más maniática cinta y aun así, justo en este momento, resulta sospechosamente a modo. ¿Musicalizo la película?

Otra vez el teléfono.

-Hola, no escuchaba… Calculo que a las seis… ¿Importa que vaya acompañado? Nos acomodamos en cualquier sitio… Luego le explico… Gracias, un beso.

A hace nudos y calla. Nada la sorprenderá, molestará, preocupará. Ni marcharnos en el peor momento del país, según cree. Los grandes amores jamás yerran, grita un imaginario letrero luminoso.

Ella, así, en mayúscula, parece salida de un sueño, como yo y lo demás. Busco el espejo al costado. Me reconozco.

-Espera, hablo a mis hijos.

J contesta.

-¿Qué nuevas? –pregunta sin tránsito.

Cuento entrecortadamente, evitando palabras que disparen alarmas policiales.

Me corren siglos por la cabeza, cuelgo.

-¿Nos vamos? 

-Hay tiempo -contesto tratando de ganarlo para pensar y ella no lo permite por su mera presencia. La quiero tanto e imaginé tan bien la coyuntura nacional, que así permaneciera sano...

Despierto aliviado y triste. Hay sirenas corriendo, suena el celular. ¡Es Lupita! ¿Y A? 

Respondo.

-Hola... ¿Una reunión...? Sí, claro. Beso. 

Fumo y en la sala encuentro al abuelo, muerto en 1950; a Agustín y el Grillo, a quienes no veo hace décadas; a la niña que quedó coja durante un bombardeo; a Brian O´Donnell, según deduzco, y un personaje fantástico con rasgos sioux. 

Doy media vuelta entre sus quejas.

-Don Alonso Quijano, te alcancé.

-No tengas miedo, B.

-A.

-Ven.

-¿De veras estás aquí?
No se da cuenta a qué me refiero. 
De nuevo llaman.
-¿Qué hace, don? No aparece por ningún lado. ¿Se siente bien?
-Sí, Tera. ¿Cómo se ve eso?
-¡Chido! Bueno, usted entiende. Un poco desesperante la inmovilidad, pero...
-La come ansías -digo recuperando el humor. 
-Uy, hablo el pasiflorine. ¿Va a entrar a los grupos?
-Al rato. Llegó visita. 
Evito aclararle pues creería que miento o...
-Lo topo luego.
-¿Seguro llevas todo? -pregunta A.
-Nos quedamos.
Cambio de planes por el telefonazo, deduce, y son los sueños quienes mudan.
-Preparo algo para cenar. -Las tiendas cerraron, temerosas, y algo discurrirá con lo poquito en mi refrigerador y mi alacena.  
Nos contemplamos y casi puedo tocar aquélla primera mañana. Yo jugaba y volteé atraído por su mirada. Ella estrenaba escuela, para mí era la de toda la vida. Cada uno representaba el polo opuesto al otro. 
Demasiadas cosas a un tiempo. Ella, el país, mi factible locura, merecen las veinticuatro horas.
-Una llamada más, ¿te importa? 
-¿Tres minutos, diez, cuarenta? Vine para siempre.
Marco.
-Tera... Está aquí la Inesperada.
-¿A? ¡Eh!  
¿Por qué se alegra si sabe que hablo de una fantasía?
-Al fin -continúa, quiere conocer detalles. -Entonces lo disculpo en los grupos.
-¡No!
-¿Tiene miedo, jura?
La Tera es de carne y hueso, me consta.
-Contésteme.
-Estoy muy emocionado con todo -miento, al menos en cierto nivel.
-Pues sí, qué más podría pedir. Lo dejo, pásela de superpelos.
La tarde había culminado meses de fervorosos empeños...
-0-
Esas líneas suenan prometedoras y no continuaré por falta de tiempo. ¿Novelo o hago una crónica recreada de mis días?  
-Ya está la cena, B.
Las sirenas, las voces del abuelo, Agustín y los demás discutiendo.  
-"Esta es la cara del Katún, del Trece Ahau: se quebrará el rostro del sol. Caerá rompiéndose sobre los dioses de ahora...” -dice un coro quién sabe dónde.
-"El mar será un fluido rojo y el cielo como sangre
"Sangre roja de guerra teñirá el mundo hasta la cumbre de los montes..."
Nuevas frases se suman, hasta el infinito. 
-Ya está, siéntate. 
¿Cómo describir a A entre titubeos, para tenerla en el momento que sólo puede darse una vez, si hay suerte? Aunque sea aparición, no la dejaré marchar. ¿De exigirme abandonar mi sueño, el otro, lo haría? Imposible imaginarla pidiéndolo. Creo aun que sin él yo carecería de sentido a sus ojos.
-Ella.
-Él. Apenas nos hemos tocado, ¿te das cuenta? ¿Sabes con quién pensó mi mamá que iba a casarme, cuando le conté?
Contesta mi rostro, gesto de muchachito, según el espejo. 
-Por la noche me descubrió llorando.
Algo estalla lejos con una fuerza inusitada. 
-¿Qué tan duro va a ser?
-Ni idea.
Quien se sorprende soy yo. A puede pensar que conozco en detalle cómo evolucionan los hechos, y con trabajos dispongo de información sobre este lado ahora a la espera.
-Mando un mensaje a mi hija.
Yo recibo. "¿Y eso, pa?" "¿Dónde fue? ¿Estás bien?"
Quisiera a los nietos cerca. Porque la explosión se produjo, más allá de mi demencia mayor o menor. Nunca escuché una en este país acostumbrado a sangre por toneladas. La muerte adquiere otro rostro.  
Llegan mensajes en retahila y juntos precisan el instante. El poder apuesta por una lucha interna. Congratulémonos. Había la impresión de que golpearían sin medida en un sector popular organizado, provocándose. 
-Esta noche pensemos sólo en nosotros -digo para ganar el minuto a minuto que necesitan muchos años madurados entre ambos.   
Despierto otra vez. ¿Soñé reglamentariamente o con los ojos como platos?
¿Y Ella?
-A -grito por ver si solo salió del cuarto. Amanece y el abuelo se planta en la puerta.
-Seguimos esperando.
Ando tras sus pasos. Allí están todos. Representan a La corte de medianoche que surgió de unos escritos para los nietos.
-Llegó el momento -dice él.
Callo pues quizá mal interpreto. Mi compromiso es contar sus historias, no más.
-"El mar será un fluido rojo" -recita O´Donnel y El niño de piedra se encima:
-Los blancos no son huéspedes de un momento; han llegado para hacerse amos de todo y es preciso liquidarlos. ¿Recuerdas la revuelta del jefe Pontiac?
-No debe bajarse la guardia ni cuando se cree el triunfo en las manos -vuelve mi abuelo. 
-¿Triunfar? Ahí afuera están al principio.
-El principio del final. 
-¿Sabes algo que no me hayan dicho?
-De hoy y de mañana.  
Se escuchan pasos. Es A, que viene por el pasillo.
En un parpadeo quedo a solas, ella entra.
-¿Sientes mi ausencia en la cama el primer día? 
-Pierdo la razón, veo cosas que no existen, soy incapaz de distinguir entre fantasía y realidad... incluyendo a ti.
Pega su cuerpo al mío.
-B, no desconfíes en nada de lo que pienses o sientas. Pagaste el derecho. A mí, por ejemplo.
-¿Ves? Esa frase es puro delirio.
-De los dos, entonces.
-¿Nos encontramos en el sueño de cada quien?
-Sí. Unos que empezaron hace muchísimo. 
-Demasiado diálogo -pienso. -¿Novelo y en consecuencia da lo mismo?    
Ella atiende con amoroso detalle mis gestos, el ritmo de mis silencios y palabras.
Suena la música africana que me embelesa. Sobre una sencilla, repetitiva base, es hipnótica y nuevamente ideal.
Daría la vida, sí, por Ella. Vengo haciéndolo hace ya no importa cuántos años o segundos. Siempre en el tiempo el secreto, hoy se trata de transgredirlo. Finalmente "todo lo sólido se desvanece en el aire", ¿cierto?
¿Por qué pienso o escribo eso? Anda, dímelo, A, si estás en mi cabeza y no ahí, cuerpo contra cuerpo, tan marea el tuyo, bamboleándome sin moverse. Ya caigo. Nos hablamos en silencio, ambos a través mío, y el tiempo... 
-Dime algo sobre el tiempo -le pido.
-¿Reinó?
Tú dictas, yo escribo, y los demás hacen otro tanto, ¿niéguenlo?
Dije que amanecía porque los pájaros así indicaron. El sol es un presagio por su pálido anuncio tras las montañas y la ciudad tiene calidad de sombra. ¿Cómo pasaron las horas, si Ella llegó casi apenas anochecer? 
Luego del estallido busqué fuego inútilmente y ahora hay humos en columnas por varias partes. ¿Fue un golpazo simultáneo? Imposible con tal precisión. ¿Por qué nadie llama o mensajea? El celular está descargado. ¿Sí?
-¿Y tu computadora? -pregunta A volviendo a adivinar. 
-Se fue la red.
Reviso el teléfono. Muerto. Queríamos una batalla a ras de suelo. Ya está. ¿Quién produjo los humos?, ¿ellos o nosotros? ¿Y cuáles nosotros? La organización tiene una extraordinaria horizontalidad y así el impulso queda en manos de cualquiera.
-Ni un murmullo.
¿Y los vehículos militares? La policía quedó fuera, sin duda. ¿Así nada más? ¡Tampoco pasan aviones, todo en una ciudad gigantesca! Antes en mis fantasías salíamos de entre la tierra.   
El país a minutos de que empezará este enredo era tangible, como mi participación en él.
-También lo demás -dice el abuelo.
Volteo hacia A, quien lo contempla sin asustarse. 
-¿Se pueden ver?
Contestan con un movimiento de cabeza. 
-¿Contento? Ahora atendamos nuestros asuntos. Estás adelantado varios días y así tienes tiempo de informar a los demás.
-¿Quién crees que soy? Tú dirigiste una república en guerra. Mi lugar es muy modesto.
-Hoy todos están obligados a trascenderse. Está en juego una nueva civilización.
-Sé, pero no aquí y ahora.
-Aquí y ahora, o ayer para tus efectos. Entre la explosión y esta madrugada se decidió el futuro en buena parte. En buena parte, nada más. 
-¿Y qué pretendes que haga? 
-Cuéntalo. 
-¿Cómo? 
-Ten.
Pasa un legajo: actas, publicaciones, fotos, mapas, en papel. La era cibernética parece recuerdo.
-¿Nuestros hijos cómo están, y mis nietos? 
-Bien, los cinco. Marcha de una vez. 
-¿Adónde?
-Tú sabrás.
Ella me extiende una chamarra. Está preparada para salir. 
Sí que trabajé por ti, seguro de que no te tendría, y sí que llegas a lo exacto, le digo sin decir. 
-¿Cómo es el diálogo de nuestra película?
-"¿Cuánto dura el mañana?"
-"La eternidad y un día." La mujer murió, él es derrota social pura. 
-Abrázame.
Fin del primer capítulo, debería escribir pues así conviene al relato. Estando en presente no hay modo. A menos que... 
-Ven, durmamos.
De súbito la ciudad susurra y se le enciman sirenas y un pesado andar mecánico.
-El ejército. ¿Qué día es?
-Jueves.
-No, la fecha.
-Dieciocho.
Reviso. Sesenta y tres mensajes.
-Ya hay señal. ¿Tu computadora tiene clave?
-Vamos. 
-Dejas esos documentos.
-Imagina cuando los muestre: actas de asamblea celebradas dentro de dos semanas, etcétera. Luego ideo la manera.
En la calle gorriones y tórtolas festejan de una extraña forma. 
-Te quiero -dice ella y nos besamos aprovechando el perfume de la jacaranda que se abre al día.
Los voceadores discuten frente al periódico en lugar de trabajar, y en cambio el ir y venir es común, a cuentagotas por la hora y sombrío, en el país del horror y sus esfuerzos para continuar como si nada.
Recuerdo los versos: "En la calle codo a codo/ somos mucho más que dos". A no comparte ni repudia mis ideas, y cree en ese dos, aunque por plazos pareciera olvidarlo, según yo, que me equivocaba desde aquéllos primeros días. 
Amor a primera vista, dicen con razón y hay casos a millones. Así fue el nuestro. Sería largo contar los mil pequeños detalles del inicio (Las mil cosas con M). 
Tras las primeras miradas a lo lejos apenas pude aguardar por el recreo, y se notaba. 
-¡Despabila! -decía este y aquél compañero, dándome un zape en clases que extrañaban mis ocurrencias toleradas por maestros.
Sonó la chicharra y corrí al patio evitando el circo que celebraba nuestra efímera liberación. O pretendiéndolo, porque un payaso no cambia fácilmente de traje frente a los demás, y así apenas pasados dos minutos ya estaba involucrado en el burro pateado del día.
-Uno por mulo -decíamos imberbe tras imberbe saltando a quien no escogió la suerte sino las triquiñuelas del poder, para darle un golpe, él doblado por el talle hasta tocar tierra con las manos. Luego Dos, patada y coz, hasta el Dieciséis, muchachos a correr.
En el Cuatro la vi. Sus increíbles ojos grises se gustaban en mí a la distancia, y aproveché una distracción para aproximarme sin más aspiraciones que sentirla cerca y amigármele. Pertenecía al selecto grupo de jovencitas cuya madurez o hermosura volvía inalcanzables, presas solo para universitarios.
-Me rindió lo que evitaba desde niña por sutil, imperiosa orden de mi padre: el desparpajo y la llana alegría -diría si le preguntara hoy rumbo al Metro.  
-Está abierto, funciona. 
-¿Tienes tarjeta? Yo, ya sabes...
Nuevamente la historia completa vacila. Uso credencial del instituto para la vejez y A ronda los cincuenta.
-Extraños caminos de Santa Utopía -pienso animándome y con un poco de humor al fin. 
Esas cavernas de la ciudad son su mejor termómetro y cuesta trabajo leerlas por el cansancio acumulado en cada una y uno y el reparo al espacio público. Hay una tensión inusual, que no puede traducirse... 
-0-
Paro en este punto pues narrar se vuelve una tarea mayor y no hay tiempo que perder. Aguarda la batalla donde está en juego la nueva civilización, ni más ni menos... según yo, claro, que no leo novelas de caballería sino simple México.
Lo que continúa es nuestro viaje en el Metro rumbo a la reunión citada por Lupita. 
Hago crónica aquí cuando menos a ratos, pues esa mujer existe y dirige una sección del movimiento. Como ella hay centenares en el país, organizando pacientemente hace casi medio siglo, sin ocultarse. En mayo de 2016 su sector dio un salto gigantesco y arrastró a miles de comunidades. Para septiembre descansó retomando fuerzas. Fue entonces que el sistema hizo crisis. Shakespeare habría querido observar las semanas siguientes en intimidad, con pocos protagonistas. 
Para un segundo Hamlet o Macbeth pediría prestado a Dostoyevski al personaje central: el Idiota, con distinto rostro, más en verdad estúpido y sin nobleza alguna. Con Claudio y el propio Barón de Glamis rehechos para ser uno, tendría suficiente.
-¿Donde bajamos, B?
-En la próxima. ¿Cómo se acuchillan?
-¿Quiénes?
-Perdón. Para variar, fantaseaba.
El bombazo o lo que haya sido se produjo cerca de donde bajamos y edificios y banquetas tienen una elocuente mueca, aunque no sufrieran en absoluto.
Mis paisanos van en tropel como cualquier día, podría pensarse, y el Metro nos advirtió su bullir interno. Nada volverá a ser lo mismo, entiendo. Hace un siglo nuestro país está acostumbrado al orden verticalísimo, desapareció la cabeza y el régimen cae por sí solo.
Imagino a los insomnes señores del poder conspirando sin posible arreglo, o en vuelo rumbo a otros lados por ponerse a resguardo pues no están dispuestos a perder un centavo. El grupo más avieso hace como siempre: aprovecha o eso cree. Si seculares conocimientos heredados deberían sobrarle para improvisar una salida, hay mucho de inédito y le pasa desapercibido, sabré cuando lea los papeles del abuelo. ¿Lo sabré o lo sé ya? Tal vez el tiempo que se trasgrede me informó durante su curso.
-Detente, A.
Reviso los mensajes. Obvio, el sitio de reunión cambió. 
-Vamos -digo dando marcha atrás para que doblemos en la esquina.
Ella está más hermosa que nunca por la vibración del instante y su cabello revuelto, los ojos agrandados y vivaces, el sencillo vestido que escogió, arrebatan.
-Pareja perfecta.
Me mira con la dicha sin reversas que su padre prohibió y la trajo a mí. 
-¿Cómo contaría ella este momento? -pregunto en silencio. Realmente el amor es gran cosa. 
A lo repentino caigo en cuenta. Los poderes nacionales son secundarios. De eso me prevenía el abuelo y sin más llega la presunta revelación.
-A, busca noticias del mundo en internet.
Torcemos la calle, al fondo una compañera desaparece tras una puerta. 
-¿Qué te interesa en especial, B?
-¿No está a la vista?
-¿Qué?
-Nada, después explico.
La red debería estar atestada de notas y comentarios sobre el mundo entero. 
-Estúpido -digo para mí. -No será así. Todo habrá de decidirse en estos lados, por el momento. Los fantasiosos recreos en que nos veía salir de entre la tierra, si resultan ilusiones tendrán esta misma calidad táctil.
Estamos al principio del principio, ni mi Corte de Medianoche sabrá cómo resolver el gran desafío y para Ella y yo no hay mucho tiempo juntos.
Los grupos se parcelaron, unos cuantos intercambiamos ideas con información llegada por prodigiosos, antiquísimos canales.
-¡Túneles! -grito. -Hay varios compañeros que hablan de cuevas y túneles en sus lugares y sugieren emplearlos. Algunos, larguísimos, con múltiples salidas.
-Y están las redes bajo las ciudades -agrega quien veo por primera vez. 
Locura compartida, nadie toma a broma el asunto.
-Investiguémoslo, pero por ahora a lo acordado -corta Lupita.
Repentinamente todo se vuelve estruendo, sin pausa, que crece en variedad de tonos. 
Cada una y uno toma su rumbo. 
-Caminando, no hay más -dice A.
Nuestro paseo será corto y, a cambio, por una zona con muchísima actividad. 
La gente corre sin miedo. Jamás vi o imaginé cosa igual.    
-0-
Despierto de mañana sobre mi cama, solo, sabiendo que es inútil buscar a A.
-Uf, faltan apenas tres horas para nuestra junta semanal, sin Lupita, por supuesto. Para retos gigantes, tocar piso con una docena de cigarros, café a granel, el baño y topes contra la pared.
"Sonrían, nietos. Nos quedó la música... y el sabor a Ella."  
-Pupa -pregunta uno de ellos- ¿cuándo sacaste estas fotos? 
Aquí, en columnas, humos trepan al cielo por nuestra ciudad. Allá, entre sombras, una familiar figura femenina avanza por un túnel... La última es maravillosa: mi abuelo, Agustín, el Niño de piedra y demás posan sonriendo.   

https://img1.blogblog.com/img/video_object.png
  Para que nos ayude, E y S. Música digna de una nueva civilización. Quizá solo regresamos al pasado, dice.
-0-
Escribí mucho guión de radio y cómic, S y E, y hacia los treinta años probé para mí solo una suerte de crónicas dialogadas. Autocrítico furioso y justo, esta vez quedé satisfecho. 
Aunque no están mal los diálogos en la no-novela, son insustanciales, y a la narración directa le tengo poca fe. 
Fabular como quiero no se me da, pues pretendo moverme por dentro de seres y cosas. 
Aquí encontré algo más que lo usual para mí. Es un pasito... ¿rumbo a qué, sino tengo tiempo? 
Entonces baste eso, adecendántolo. 
-0-
De cuánto deliro hay muchos indicios en los cuadernos, Ohsis, y quizá no pueden advertirlos bien porque oculto mi real diario o lo redibujo. 
A cambio les queda la torpe pretensión de que sé escribir, pero (basta ya este obsesivo evitar la dichosa preposición ((atinado y muy básico, por cierto)) es insuficiente. 
Vean el ilustrativo ejemplo que acabo de darles: paréntesis sobre paréntesis (también útil, ciertamente, pero sólo en términos prácticos o como fórmula humorística ((jeje del jejej)). 
El Quijote, hablo del personaje y no la novela en sí, es grande por su atrevimiento. No (apelo tanto al adverbio éste, que merezco titulo de escéptico y así tal vez hay en su abuelo un filósofo con toda la barba, jeje ((nuevo absurdo)) (((jeje del jeje, y así hasta el infinito, jeje))); no, pues (vayan a buscar al susodicho ((Adverbio, tipo simpático él)) si recuerdan dónde lo dejé (va de vuelta, entonces) no se anda con chiquitas don Alonso y a punta de valor gana la gloria (Cervantes no, ¿eh?). Batirse como se bate, no (¡maestro yo!) cualquiera, y menudos arredros los suyos con Dulcinea (y miren que les habla un experto en despropósitos amorosos). 
Ando mal de la cabeza, nietos. Desde siempre, es verdad. Hoy más. Por eso me quieren. Solo un loquito sigue los pasos de dos gemelos, sin faltar instante, durante sus primeros dos años y medio, y gatea con ellos, les da baños de luna y música, trepa un ropero para que aprecien las tres dimensiones, y demás.
-0-
Viejo, necesito fantasía. Siempre fue así en cierto grado y al fin preciso cómo. Ahora vivo su sublimación.
La realidad y mis dificultades para manejarla, de eso se trata. El pánico y el amor sirvieron antes para mantenerme cuerdo. Ahora aquél aparece sólo gracias al sueño, en quien por ello busco consejo. A veces lo hace al devolverme a la vigilia, porque con frecuencia es plácido y sólo al contrastarse revela. 
Respondo así al horror de la realidad para mí y los demás. 
Por algo El Quijote es el gran libro. Mejor loco que soportar ese mundo. Así yo en la vejez, cuando puedo permitirme el exceso.   
Esta ¿Una novela? pregunta pues tiene algo de crónica, o mucho. ¿Dónde echa sus estímulos un viejo en humilde trabajo por transformar la sociedad? ¿No son molinos los que enfrento con otros y otras? Mi fantástica Corte tiene derecho a confiar a ciegas. Yo no. 
Nueva civilización, decimos para señalar hacia los adentros del inmemorial monstruo. Transformarlo, ni este demente lo cree. Démonos con un canto en pecho deteniendo a su presente representación.
Explosiones, humos, vehículos militares por todas partes, la red viniéndose abajo de golpe, lo alcanzaré a ver sin duda y más o menos pronto. Los túneles pueden ser metáforas o no. "¿Alguna vez vieron caer la lluvia?" Yo sí, y moja, moja. 
De los delirios sobre mujeres están informados hasta el cansancio, E y S. Aquí se resumen en Ella quien, no-novela aparte, vive conmigo, como el abuelo y sus compadres y comadres.
-B.
-A. 
-Es hora.
-¿De qué?
-Desmemoriado. Tenemos cita con un túnel.
-Y tú en pocos meses otra con la soledad -pienso. 
-¿Y esos ojitos tristes?
Ella parece representación de la dicha.
-Como no veré más a los nietos -miento a medias. 
Acompáñenos, anden, Ohsis.
El Quijano no contaba con esta genial legión.
-0-
Puedo pasarme días aquí hablándoles del país que estallará y de los mil años detrás.
Tengo un papel secundario y sé dónde estaré en el momento preciso.
Escribir es impulso y hasta oficio antiguos y urgencia nueva.
No cuesta trabajo decidir entre la pasión grande y la pequeña y aun así me sentiré en deuda.
-0-
Vida y destino se llama la monumental obra de Vasili Grossman con que culmina el primer siglo XX. Sólo escritores cuyas dimensiones se le acerquen estarán a la altura en estos apocalípticos tiempos.
Hace rato anda en boga la ciencia ficción. Hay cosas estupendas y basura a chorros, imperdonable en el hoy que inició décadas atrás. Yo jugueteo perdido entre millones de blogs ¿y novelo?
-0-

Va ahora Cronicar I:
Ya que estalle esto, pienso a solas o con otros, y cuando veo el apabullante despliegue de fuerzas públicas me sobrecojo. Detrás tienen eso multiplicado cientos de veces y su función es advertirlo. En reserva, sus ejércitos informales (crimen organizado, paramilitares).
No imaginas la clase de guerra anunciada aquí, digo a la Inesperada, como yo mal intuyo la de tu pequeña ciudad.   
-Haz la crónica y olvida los discursos -me digo. -¿De qué? 
Nuestros buenos anunciaron marchar hacía un punto delicadísimo. Querían desquiciar a los Malditos para ir por otra, más breve ruta. Lograron a medias el objetivo y el cerco se redobló hasta tenerlos cuerpo a cuerpo. Parecía que se les echarían encima, sobre todo cuando al lado suyo aparecieron quienes nunca hay manera de precisarles la intención, pues son cal y arena. 
Lo sé gracias a E, una mujer que no doblegarán y sonríe esta vez. Recorrí cada rostro en torno preguntándome quiénes recibirán toletazos, prisión o algo peor, que no detendrán la marea hasta ¿qué? 
¿De veras creo que escribiré la crónica de aquí en adelante, necesariamente pobrísima? Hago lo posible por mirar desde dentro y hay tantos interiores que no sé por dónde empezar. 
-Están nucleando todo -dije a un hermanito.
-Sí -respondió pensando en los ambientes universitarios.  
La marcha anterior fui con él y su contingente era pequeño. ¿Quitando al magisterio, todo se reduce a muy poco? No. En cualquier caso Prende la mecha y verás cuán lejos llega, reza una máxima.
Otra vez renuncio a la crónica. Mañana habrá elecciones y aguardando los resultados escupiré tonterías.
-0-
Pasó mañana y circula la fotografía de policías estatales que intimidan a un candidato de izquierda. En la red social publico: 
Esto van a hacer en adelante. Eso y usar a los cárteles. Ya no les basta el control mediático ni las Monex          
Y después:
Tuvimos una Revolución y una posrevolución muy activa. Luego sesenta años de priismo corporativista. Nuestra cultura política es muy compleja y desde 1988 suma una pervertida democracia formal y un peso del crimen organizado que envidiaría Al Capone. ¿Cómo se maneja eso?
Bueno, hago la crónica a mi manera.
Creí que el país estallaría al aproximarse las elecciones de 2018. Ahora espero lo haga pronto. 
Lunes hoy, el jueves los cercados empujarán nuevamente. No tienen alternativa. ¿Nuestros Malditos preparan otra noche de Iguala?
El resto de los cuadernos encuentra un final. Este aguardará. 
Llama E.
-Nos vemos a las doce. 
-0-
¿Por qué se retiró casi por completo el operativo policiaco? ¿Contó el fracaso relativo del partido gobernante en las elecciones parciales? 
Continúan llegando contingentes y el jueves lo harán de forma multitudinaria. Hoy al sur extremo un pueblo salió en defensa de quienes eran gaseados. La crónica no la haré yo sino ellas y ellos, como esa estupenda que me entregó un compañero sobre el desalojo-semisecuestro. 
Pasan unos días y tengo los testimonios sobre lo sucedido. Narran con gran detalle y la historia tiene tonos épicos y resulta doblemente esperanzadora. Hay gases que abren los poros y otros penetran produciendo ahogo. Fueron prohibidos en la primera Gran Guerra, un siglo atrás, y dan universal servicio contra la protesta. Los lanzan policías a pie, tanquetas y helicópteros. En esa jornada ahora famosa las y los compañeros pretendían cerrar una carretera, no tuvieron suerte y en compensación horas más tarde asaltaban el hotel que hospedaba a una parte de los uniformados. Les quitaron hasta la ropa. 
Para entonces el movimiento había ganado a la población local y regional. Ciento cincuenta municipios distribuidos por una agreste geografía estaban de su lado.
Pueden escuchar el relato, S y E, en un espacio que comparto con mis hermanitas y hermanitos.  
-0-
En la red social:
Empezaron los dos años más importantes desde el fin de la Revolución. Se juega el futuro
Juntemos ciudad y campo, dije a la Inesperada, y luego el hombre más agudo que conozco soltó en una charla:
Falto de recursos naturales el capital necesita otra vez tomar tierra. A una acción en la bolsa de valores no puede dársele cachetadas. Ahora nos vemos frente a frente(1). Citando también de memoria a un gran pensador alemán(2) la plática inició con un ¿Debemos empezar preguntándonos por quién luchamos? En principio y antes que nada, por los del pasado.
¿Las crónicas son así? ¿Y los hechos que deben presidir? Fabula un poco, pues el género permite todo. Hazlo al modo en el cual Chris recrea a los grandes malditos urbanos para nuestra radionovela ilustrada. Dibuja seres pequeños por miles, royendo la base de un edificio. ¿Escuchas? Su obra incansable, impura, como los trajes o las miradas que portan y no son distintas a la tuya: generaciones y más generaciones en ellas, cometiendo pequeñas maldades cuyo daño es mucho más que una bicoca. 
Acostumbras, acostumbro, pues uso en tercera persona la primera, referirte al diario asesinato del deseo, saben bien ustedes, nietos. Este caso puedo documentarlo socialmente si asomo a una frase anterior: Nuestra cultura política es muy compleja. 
Hace nueve años se produjo la mayor revuelta en décadas(3). Regional, era modélica -creaba un modelo muy eficiente, pues- y comenzó cuando el poder rompió una regla: negociar con las comunidades. ¿Se vendían? No a cambio de una dádiva sino de los recursos indispensables para reproducirse. ¿Enajenaban su libertad? Sólo una parte, y la insurrección era la muestra. Queremos todo, decían también ellas(4).
Trotsky convirtió a la huelga de 1905 en su sujeto narrativo y dieciocho años después Larisa Reisner habló por la comuna de Hamburgo. En cada caso tenían los sucesos frente a sí, como John Reed al escribir México insurgente o Diez días que conmovieron al mundo, o X y Y aquí y allá, siempre geniales. 
¿Mi protagonista es el plantón donde confluye la lucha magisterial? No debería despegármele un minuto, entonces, y estoy obligado a ir y venir observando otras cosas que suceden cerca o muy lejos. Algunas se ocultan sin desearlo y sé que el futuro se juega en ellas tanto como en cualquier otro lugar privilegiado. La resistencia a la minería en la Sierra Norte de Puebla, digamos, acaudillada por una organización ejemplar, Tosepan(5).
-0-
¡Hago llamadas a pie de página, Ohsis!, ¿qué sucede? No perdí el sentido ya por completo, les aseguro, y quizá paso por una de las etapas más cuerdas. Es que nuestra realidad empuja como nunca antes y necesito asideros. El cuaderno entonces rompe sus reglas y nombra.
A los sesenta y nueve años podría fabular por primera vez. No estaría mal una segunda vida para dedicarme a eso, dije en mi pequeño barrio virtual.
¿Se acuerdan, nietos, de mi compadre gorrión, que viene a visitarme a la casita? Según asegura la Inesperada en una de sus canciones, viéndolo desconsolado porque no me encontraba a nuestra hora convenida, lo acostó a mi lado en la cama, y yo tomé fotos de él con ella charlando en esta sala donde escribo. 
Solidario acto el suyo, que luego vuela de pretil en rama y tiene un hogar construido con varas.
Equilibristas, la Tic y este abuelo de ustedes andamos por el alambre, trastabillando y cayendo a ratos. Él se para en los callejeros con una confianza absoluta.
¿Cuánto fabulo y cuánto registro la historia sin más?
Aprovecho para presumir, pues se tiene la impresión de que soy un fracaso patológico. A mis treinta años y gracias a treinta o cuarenta cuartillas semanales con las cuales sostenía a solas el suplemento cultural de un gran diario, nuestro gran cronista me ofreció pertenecer a su equipo. Charlando coincidimos: yo no cabía en los círculos literarios.
Después hice mucha crónica social en una revista estrechamente ligada al movimiento obrero, que duraría años.
Hoy la calle se encarga, esta vez en el sur más cercano. ¿Cómo atendemos tal serie de acontecimientos? Bueno fuera vivirlos y no se puede. Lo digo por mí y decenas o cientos de miles. El monstruo se cimbra, pareciera, momentáneamente al menos. O más, en un medular punto: las televisoras caen en picada. Nada les marcha según calcularon quienes tres años atrás venían por todo. 
En las barricadas la sangre, todavía contabilizable, sumándose al terror cotidiano.
Según la fragmentada transmisión en vivo, los reportajes, las fotos, lo que dicen amigos y conocidos, larga noche vivieron en la ciudad que hace una década representó la resistencia. Entonces me informé puntillosamente, animando explicaciones de quien sabía. Sólo eso. Ahora puedo algo más y no tiene caso sino como percepción por la piel y derecho a compartir un lugar. 
Larisa Reisner no hizo notas así cuando cubría insurrecciones.
Cómo hacen falta viejos que transmitan seguridad con su experiencia de lucha. No sirvo para eso, escribo por ahí.
-0-
Nuevo día cero. Camiones militares disfrazados de policiacos -aquí eso devino en ley- pareciera que llenan una carretera. La noche espera por otro capítulo cada vez más intenso. Tanto que el partido cuya carrera es paralela se decide a sumar fuerzas. Si su líder lo hace no cabe duda: debe jugarse el todo por el todo de una vez.
Mientras, el movimiento crece y la autoridad envía nuevas fuerzas. No podrá con tanto, pienso y me equivoco. Los uniformados son cortados a medio camino por comunidades cada vez más decididas. 
Mis jornadas incluyen sin falta el campamento para tareas secundarias y continúan los testimonios. Ahora sé que la utopía se dibuja en detalle no sólo donde pensaba. Quienes luchan construyen a la vez alternativas de futuro y en mi desmesura ya no me preocupan los malditos sino cómo pueden hilarse esos nuevos proyectos. ¿Perdí el magro equilibrio mental en que vivo?      
Detengamos también este cuaderno, nietos. Conocerán la historia luego, por sí mismos. No hay modo de silbar y tragar pinole a un tiempo, como decimos.
-0-
Enseguida me desdiré.


2. Walter Benjamin. 
3. La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO)
4. El también alude a un libro al cual me referí antes en estas Serpientes y escalereas de nuestros cuadernos, ¿recuerdan, E y S? Es de Nino Balestrini, quien narró la huelga de los ciento cincuenta mil trabajadores de la FIAT en Milan durante 1969: https://www.traficantes.net/libros/lo-queremos-todo

5. https://www.youtube.com/watch?v=uZYxTVbitWc 
-0-
Primer lunes tras el sismo. Suertudo muere en una clínica donde estúpidos jovencitos hacen el voluntariado o con píos gestos llevan "animalitos" encontrados en los refugios. El lugar no les cobra y mi mejor compañero falleció porque no tuve para pagar a tiempo su curación. 
"FB es la mejor mentira jamás vendida desde el apócrifo Jesucristo" -grito y cierro dos de las tres cuentas que una tras otra y bajo un mismo nombre abrí allí por adicción y pánico. La tercera queda con cincuenta y dos contactos. Ayer publiqué en ella:
"Proverbial solidaridad mexicana", la verga. Mito genial que en 85 olvidó que eran el movimiento inquilinario o la raza pinolera quien hizo el trabajo
Tan solidaria esta mexicanidad, que deja secuestren y asesinen mujeres todos los días con un "Se lo merecía".

-0-
Larga marcha es la fórmula que empleo ahora, substituyendo los ríos a los cuales afirmé me hice en consecutivos exilios desde que perdí toda dignidad.
La Seño y yo hablamos nueva, brevemente. ¿Utilitario reharé nuestra frágil relación, mientras echo fuera a quienes desde siempre supe eran farsantes y seguía el juego? 
Soledad asumida otra vez, con Suertudo fantasma continuando sus días no para aliviar los míos sino por mínima justicia.
"No cierro esta madre porque más que nunca voy a dedicarme a echarles en cara su estupidez", declaré también para la red social.  
Sumo tres días sin comer, pues sé cuánto el ayuno despeja la mente.
Hay 3,400 edificios dañados estructuralmente, informó nuestra más seria revista, y gracias al Nuevo tengo positivo conocimiento de que no hay manera de establecer una cifra.
Grupos feministas gritaron hasta el cansancio que en la textilería habían dejado cientos de trabajadoras bajo los escombros. Mintieron descaradamente y ahora reclaman el lugar para que ellas administren un centro de atención a la mujer.
Vaya país, y no solo el de los poderosos.
-0-
Ineseperada real llamé a Mi Seño porque para entonces P o la Tic había desaparecido a solicitud mía y sin duda continuaría con su diario, que los sabíamos servía sobre todo como una forma de recordarnos juntos o por aparte. 
Tardé en darme cuenta porqué aquélla se me había acercado. Le intrigó quien era el tipo con aire ausente, presumible organizador de un breve, inusual curso. Lo demás solo ella puede explicarlo: animarme a una relación, sostenerla contra las amanazas, venir a mi casa... Varias notas en estos blogs le rinden merecido culto. 
¿Volveré a los diarios a P, como compañía para esta soledad sin escape?
-0-
¿Y si los sismos rescatan electoralmente al gobierno por el uso clientelar de recursos para reconstrucción?
Cifras oficiales, que abarcam a once entidades. Daño patrimonial cultural: 1225 inmuebles (ocho mil millones de pesos). 150 mil viviendas con todo tipo de daños (cincuenta mil perdidas sin más) (treinta mil casas en Oaxaca) (250 mil personas se quedaron sin hogar). Doce mil 900 escuelas dañadas (unas 600 deben reconstuirse totalmente). Mancerda no pudo dar datos y así del DF quedaban en babia.
-0-
-¿Cómo resisten los teporochos (los choclards, los homless)- pregunté muchas veces durante mi vida, y luego, bien saben, nietos, me vi como uno de ellos, en versión lujosa, con techo y quincena.
Llevó sesenta horas sin comer, tengo dinero, no hice mandas para ayunar por la muerte de Suertudo o cualquier otra cosa, y el cuerpo mío, como siempre excepto ese por ello desquiciante momento que les comparto en Vela, responde admirablemente -para quejarse tiempo después, seguro, y de ahí entonces las cincuentas y cuatro piedras  descubiertas en la vesícula hace años a lo repentino.
Pusé a calentar el guiso que con frecuencia y conociéndome me guardan congelado unos amigos -¿ven cuán aristocrático rascamapache soy?, insisto usando el término cuyo origen les aclaré antes- y sigo en el intento de organizar esto que quiero dejarles por pura necedad, pues no hay más propósito ya. ¿Se los dejarán leer Él y su ma? 
Soy muy poco edificante a primera vista. Si leen bien hallarán un mensaje de optimimismo a toda prueba. Gracias a él, repito, sorteé con relativa facilidad lo que otros apenas pueden. El secreto está en los cimientos.
La Seño tiene un niño pequeño, trabaja mucho y, como la mayoría en esta ciudad, vive a una hora y media o dos de su oficina. Hija única, cuando más o menos pronto sus padres murieron tuvo que abrirse paso ayudada por parientes lejanos. 
Mortal entre mortales, de tan terráquea, afronta a solas los problemas, y para transmitirle mi experiencia le conté pasajes muy duros que viví y no están registrados en estos estos blogs. Con asombro, preguntó cómo pude soportar y contesté la verdad: 
-Fuí relativamente fácil pues nunca estuve solo, así lo pareciera. La visión societaria del mundo y hacer el camino con otros cuya incondicionalidad no tenía tacha, aunque los hubiera conocido un día antes, permitió que relativizará mi dolor y tuviera absoluta confianza en el futuro. 
Ya me referí al tema. ¿Dónde, Ohsis, jeje?, porque otra vez amanecí con buen animó y convencido de que mis cuadernos sirven. Bastaría para ello la azarosa crónica que hacen sobre esta última decisiva época. Reunamos nuestras notas semi sueltas, sin perder cuanto Gulliver, el eco de Simbad y mi quijositosis nos permiten en tanto estructura.