Nuestra modesta Corte de Medianoche se ofende por dejar fuera a la vez a los vilipendiados otentotes, pues va hasta el último o ninguno, hoy que parece posible.
Somos Dodes Kadem repitiendo hora tras hora sin faltar día en milenios. Observe bien, hermano.
Teresa, el abuelo, Filiberto, una de las muchachas que no murió en 1521, Bryan O´Donnel, la niña coja por un bombardeo, Felícitas, doña Marta, el Niño de Piedra, me enconmendaron cuando tenía tres años.
De rendirme ahora los traicionó. Así que seguiré dando la lucha contra el espejo para no morir ni enloquecer.