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jueves, 26 de diciembre de 2019
Calzada 2
Hablé por ahí de Toller y otros que cultivaron géneros semejantes. A mi modesta manera, cuando consiga ordenar el caos y limpiarlo...
Recuerden también aquello escrito al principio:
...si acudo siempre al consejo de los sueños jamás lo hago con el de poetas, digo y miento, un poco, siquiera, pues hoy cito a uno:
"Allí donde otros exponen su obra yo sólo pretendo mostrar mi espíritu.
Vivir no es otra cosa que arder en preguntas.
No concibo la obra al margen de la vida."(1)
¿Valen para mí esas palabras? No tengo una obra sino miles de viñetas escritas desde niño. Agrupé las más significativas...
Y ya, que marcho a hacer la revolución mundial donde no se debe -jeje diarístico.
miércoles, 18 de diciembre de 2019
Para entender la historia
Ernst Toller era judío alemán. Voluntario en la primera gran guerra, se volvió antibelicista y revolucionario al frente de la Comuna de Baviera. Así protagonizó el mayor fracaso sufrido por los sueños colectivos, pues si prosperaban entonces en su país, la Unión Soviética quizá no conocería el estalinismo, digamos económicamente, con un razonamiento extraño para mi ecléptica cabeza.
¿Se volvió melancólico por ello o lo fue siempre, aunque su extraordinario libro de memorias parezca un canto al optimismo? ¿Cómo saber, incluso cuánto atino al caracterizarlo?
Luego vivió un largo, ejemplar aprisionamiento y apoyó a la República española.
No hay suicidio comparable al suyo en simbolismo: dos días después de que Francisco Franco desfile triunfalmente por Madrid.
Leo Una juventud en Alemania a los veinticuatro años. Ana no estará ya, así prometa nuestra final reunión, y el cielo brilla todavía más de lo imaginable.
Cuando casi medio siglo despúes la revolución mundial toque a mi puerta, cargará a Filiberto y Cristina y el fracaso que los aguarda en vida tal vez...
¿Verdad, abuelo cuya sepultura mintiendo dice 1950, pues aquí andas, friéndote unos huevos con Woody Guthrie?
jueves, 5 de diciembre de 2019
Tan Delicados con Filtro
Cuarentones o cincuentones mis antiguos amigos y amigas, excepto dos, dejaron el cigarro. Yo seguí y a cambio compré una bicicleta y aumentaban los ejercicios caseros con dizque técnicas orientales. Si por tres lustros no hubo queja y pude incluso presumir nalgas bien paraditas, siempre hay un luego, que en este caso llegó al cumplir sesenta y cinco. La popularmente llamada bicla, bírula o burrita durmió el sueño de los justos entonces. Coincidió con nuestra aventura Níger arriba, ¿verdad, abuelo?, suma de pérdidas -maquilas, nietos, amores trasnochados o como se debía.
Más luegos, las estrecheces pandémicas en auténtico acto de magia sobre una esquina desaparecieron a esa idolatrada comadre y ya no hubo ni promesas. -Mañana, juro -le aseguraba día con día.
-Compra otra -dicen las crías.
-Hablamos de pasiones, no de primas hermanas -respondo y es pretexto y no.
-¿Te tratan como mereces, querida?
No fumo más, se acabó el teatrito. Tan Delicados con Filtro ustedes, papá, mamá, los amigos, el "mundo".
Vaya casualidad. Buscando una imagen encuentro esto: "Delicados y su estrategia detrás de su
adiós". Chesterfield compró la marca y nos trajo como calzones de puta, según el dicho. Ora un empaque, luego otro, clásicos veinte cigarros se convirtieron en catorce o veinticinco y de momento seguímos llamándolos como durante medio siglo y al final ¡Tengan su gringada!
¿Les vale verga? Nunca mejor dicho Me too. Se acabó tu acoso, cabeza mía que obra por interpósitas personas.
Los sueños y yo somos uno mismo, ¿cierto?, y jamás aparecí en ellos fumando. Ni que estuviera pendejo. Fui a pelo, sin chones, pues. Nomás me hacía buey cuando pistola al cinto echaba mano a ella y Murámonos juntos, poquito a poquito, contertulios.
Cada quien sabe su historia, así que no voy a repetírselas, y bien presentes tengo las de ustedes. Cuentas por separado, pido al mesero.
Alcohol, relaciones enfermizas, tragadera, aplausos, tábiros -o fumos y demás sinónimos de tabaco y papel-, da igual. Suicídate, ordena el mundo, a solas bajo ese hermoso techo todos, criaturas descarriadas, sin destino. O Bienvenidos al empeño por crearse.
Hasta aquí, no importa el nombre que lleves. Voy a vivir un rato a pleno pulmón.
Bueno, fue divertido, reconozcamos.
-0-
Año y medio después no sé quién escribió ese estúpido final.
Me lleva la verga, ¿dónde quedó el encendedor?
viernes, 22 de noviembre de 2019
C o La pieza oculta
Entre las mujeres que me formaron está C y la recuerdo al llegar adonde debía evitarse según el sentido común: un hotel de paso, embebecidos.
En mí lo entenderán, S y E, leyendo lo que escribí sobre Simón y sus amigos.
Como sea, tan poco masculino, la masculinidad me cae encima de súbito por una feminidad que en Ella lucha.
Es bellísima y pelea también contra el destino previsto por ello. Eso nos reúne en una transgresión que durará un momento pues no hay futuro, y no me refiero al inconcebible "nuestro" sino al de cada quien por aparte.
-Nadie jamás como C y yo para una y otro -pienso entonces. -Tanto, que las palabras entre nosotros sobran.
De pura sensación hechos, un miércoles desbordamos los límites y borracho de libertad el sábado disfruto los extremos entre celosos vigilantes. Nuestras miradas a hurtadillas son gloria eterna y C resplandece, Virgen, sé hoy, adorando al padre y al hijo, una sola sustancia que a su vez la reverencia en traje campesino, pues eso soy, hombre del pueblo en iluminación.
Enseguida y por las mismas causas estuve cerca de perder la razón. Ella no recordaba nuestra aventura, seguro, y sí lo que la llevó a mí, cuando con treinta y tantos años murió en circunstancias inexplicables.
-0-
-¿Te formó? -preguntaría extrañada su mejor amiga, en caso de leerme.
Sí. En semanas hicimos el tránsito entre la ella que concedía a todo pedido mío, al pleno dominio por parte suya, hasta aburrirla, creo. Yo aprendía: solo la pasión sin cotos conduce a nuestras cicatrices profundas, resplandeciendo.
No volví a ser el mismo cuando nos separamos.
-¿En serio? -seguiría su amiga.
Desde luego que no, debo responderle, aprovechando. Exagero para revalorar momentos con mucho de estupidez. Empecé haciéndolo en otra viñeta (a la cual vendría bien sumar Demonios, que es más o menos justa):
Declarándome vencido dejo el camino que sube a La Loma, para cortar hacia la barriada en lo hondo. Estoy tan solo como imaginarse pueda y dimensiono el acto de soberbia que cometí aceptando un encargo insensato.
Dos meses atrás la reunión mariposeaba hasta producir arcadas, pero nuestras compañeras eran tan guapas.
-Anda.
-Tú puedes.
-Piensa en lo orgullosas que nos sentiremos.
Así decían a su manera con C por delante, quien quizá estimaba su particular importancia, pues había en ella una semi silenciosa procura.
No existe pendiente abajo en La Loma, parte de un todo al cual ahora desprecio tras responder a un discurso moralino que nos usaba:
-Aquí las parejas estables sobreviven gracias a como imperceptibles amores platónicos.
Luego Simón y sus compañeros, expliqué a ustedes, nietos, permitirían librar unos meses ese infierno cuyo presencia bajo los pies gustaba recordar Nabor. Y C, hasta aquí oculta.
Descubrí el refugio perfecto y me siguió. Un maravilloso combo redondeaba la lóbrega atmósfera frecuentada por personajes poco edificantes -jeje- y pronto repetía lo que para nosotros se volvió un himno.
-Lo voy a querer mucho -decía disparatamente refiriéndose a un niño que no crecía en ella.
Todo era así entre ambos, todavía después de al dizque azar descubrirnos ante los demás.
Nos quisimos como dos seres a cuyo desamparo le bastaba un buen pretexto.
No tuvimos sexo placentero con certeza y más contaba la simple comunión, nuestras lánguidas miradas, el arrebol, los cuartos que vivíendolos a lo furtivo eran continuación de autos, covachas, barrios obreros, caminatas con rumbo presunto.
Te quieros y te adoros volaban para certificar eso que luego negaríamos: el amor urgente.
Pocas veces fui tan hermoso.
-0-
Perdí lo que debía contar, nietos: para C resulté poco sexualmente y, por extensión, en el resto de las cosas, pues no era un dominador cuyas artes le extrajeran dolor cavado bien dentro y quizá curativo si supuraba.
¿Cómo saber? Episodios, llaman a los de esa clase, aunque sus lecciones sean imborrables. Por ventura no las aprendo y siendo noviembre, diciembre o algo así, para mayo yo subía y bajaba con mi criaturita, mientras aquél polo opuesto a Dulcinea... ni idea tengo.
Ya dije, hablando de Monelle: La sabiduría de la joven se me escapa, y aun así me declaro representación suya.
En verdad creo que C habría encontrado un buen amigo en mí cuando la tormenta sopló fuerte sobre ella. Sería sin pretensiones amorosas pues entendí el mensaje que, por lo demás, Ana me ayudó a descifrar años antes y olvidé entonces entre vientos también severos.
Ah, Sr. Patriarcado, jeje.
Estamos aquí intentando aprender cosas, nietos, usándome como sujeto a modo. La vida, vuelvo a repetir, siempre estuvo en otra parte. Si perdiera el pudor veríamos clara esta historia.
domingo, 3 de noviembre de 2019
El Idiota. II
Ayer supe, E y S, que Él piensa llevarlos a la ciudad provinciana donde con el Nuevo construyó un reino aparte. Solo así podrá guardarlos del furioso país en torno, cree.
-¿Y después, cuando deban convertirse en universitarios? -iba a preguntarle y callé como esa inerme criatura que soy y se siente incomnesurablemente orgullosa de haber conducido a sus crías a puerto.
(Sigo más tarde.)
miércoles, 2 de octubre de 2019
¿Cómo no sentirse pequeño?
¿Cómo no sentirse pequeño?
lunes, 16 de septiembre de 2019
Fantásticos años y Fez

martes, 10 de septiembre de 2019
Pareja
-Nos queremos... etcétera.
Esta noche discutimos. Estuvo con mamá y llega poco antes de que debamos ir al barco cuyo travesía terminará entregándome al final.
Entre gente que va y viene parece apartada. No intentaré congraciarme con ella ni confrontarla, a la manera de veces anteriores, mientras cumplimos un rito en que le toca probar cuán vasto es el desierto.
-No tiene fin -dice con asombro, más bien para sí.
-¿En serio? -pregunto profundamente intrigado y sin interés pues solo ella importa, o más bien yo en su mirada, iba a escribir y no es así: la necesito por entero.
Si pudieran verla. Qué hermosa, cálida, sabía -"ágil", agrego, se diría que sobra apuntarlo y sin eso no puede entenderse-. Es una, no cualquiera como en mis sueños plácidos, aunque a todas las contiene. Ambos con la imprecisa joven edad de cualquiera al soñar, peleamos, entonces, sin ríspidez.
Despertando como si estuviera en una pesadilla, puedo transcribir cada palabra y no lo hago pues me tomaría demasiado tiempo y no lo tengo, aparentemente, comprenderé después.
Por un momento creemos que nuestras historias y destinos tienen apartes. No hay tal.
-¿Eres mi imagen? -digo.
-Quizá- duda extrañada.
-¿O representas al instante?
-¿Entonces no existo por mí sola?
-No, no -me apuro a responder. Uno sin otro resulta inconcebible.
Vuelta a la discusíón, que ahora cesa casi apenas empezar. Caigo en cuenta: es la ella con vida propia a quien conocí el primer día.
Gran lástima no reproducir minuto tras minuto, semiolvidados ahora, de mañana.
Qué hará cuando me vaya? ¿Morir también? Esa bellísima expresión de su rostro, en que estoy sostenido eternamente, como ella en la mía.
Reconciliados, entre una esquina que poco procuran los demás, cesa nuestra confusión y vuelve el amor incondional, que jamás estuvo ausente, claro. Mirarnos, tenernos.
Despierto, sigue allí, veo el techo.
-¿Por qué desaparecer? -exclamo y está radiante de nuevo.
-0-
-¿Tú y Ana son representaciones de esa mujer o la conformaron? -pregunto a mi Tic y me siento un traidor refiriéndome así a Ella, como quizá debo llamarla. -¿Si la vida es sueño, la muerte no?
Sigue en sus cosas. Yo también.
-¿Y lo del desierto, amita?
-Qué curioso.
-¿Vivo ya el día más?
-Entonces, puedes quedarte.
-Y marcho.
-¿Estás seguro?
-Quiero vivir otro poco -digo y no sé cuánto son necesarias las explicaciones.
-Bésame.
-¿Por qué insistir?
De juntarse nuevamente los cuerpos, aunque sean solo bocas, entendemos, permanecería.